Masa Crítica

Crítica de Cine que intenta basarse en el grado de conciencia y belleza que la película pueda ofrecer.

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Imago mortis

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El director pidió tener railes y grua y el productor se los puso, esta es la única justificación de tanto travelling y grua: que el niño jugara.
No hay ningún rigor narrativo visualmente hablando, el montaje y la planificación parecen aleatorios, como el automavisión del Lars Von Trier, aunque al menos aquello tenía su gracia.
Los diálogos son de estudiante de escuela de guión: claros, directos, concisos y torpes.
El protagonista si fuera el audio estaría saturado, siempre por encima y disonante, ademas de limitado, sólo tiene dos registros, pone cara de pena o cara de miedo, según le dicen.

Lo del tanatoscopio es una tonteria como un piano porque los ojos son como cámaras y la imagen se proyecta siempre en la mente, no en ellos, así que extirpar los ojos y meterlos en una caja para recuperar la última imagen antes de morir es una soberana estupidez.

Y la tanatografía en estereo doblemente absurda por la propia explicación sin sentido que intenta justificarla.

La pelicula es muy aburrida y resulta cansada de ver. Siendo malísima no tiene ninguna autoconciencia de ello, esto sumado a su cobardía hace que ni siquiera pueda tener cierta gracia ni el morbo de algunas películas muy malas.

Visualmente es tan repetitiva que parece no avanzar, ademas esta repleta de faltas de ortografía, porque la mayoría de travellings injustificados y cambios de plano sin sentido son exactamente eso.

La música es utilizada una vez mas para rellenar, para que parezca algo.

En las pelis el fantasma siempre quiere acabar algo que no pudo en vida pero aqui no sabemos que quiere. Que Alex Angulo se apellide Caligari y el centro F.W. Murnau Institute es vergonzoso por forzado.

El final es extremadamente cobarde también evitándose la molestia de dar cualquier extraña explicación que justifique minimamente la incoherencia de lo visto.

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