Namasté.
Mientras todos hacemos madrigueras para escondernos y parecer normalitos el loco que persiste en su obsesión a veces encuentra agua y se convierte en un sabio.
En este sacrificio ciego y lleno de fé atrás puede quedar, entre otras cosas, la propia juventud.
Durante 15 años repetía en las entrevista que envidiaba a Woody Allen por ser prolífico, libre y autor de sus propios guiones y por fin a Coppola le han caído los dientes y le han salido unos nuevos y ha hecho una Marcianada-Rumaniada que te puede dejar si quieres como una de las raras de David Lynch.
Es una peli diferente, valiente, arriesgada y libre.
Es un Tolkien que inventa lenguas, un Greenaway Tulserlapero, un Indiana Jones que busca conocimiento intangible, un Benjamín Button menos soso y mas loco, un expediente x tan extraño que no tiene ni archivador, un 2001 con rayos en lugar de monolitos, un Zelig donde se contagia la edad en lugar de la psicología o la apariencia. Pero tampoco, en realidad es una película mojada donde no se pueden pegar etiquetas. Es una peli difícil de valorar, sería como criticar a un conejo morado que hemos visto salir de una madriguera: la visión misma del evento para mi justifica con creces su visionado pero para otros no tendría mayor interés que haber asistido a una rareza fílmico-surrealista.
La peli me parece muy interesante, tanto que le paso por alto todas las cosas que no me han gustado. Tampoco me parece una peli que pueda recomendar porque es tan rara que no sé a quien puede gustar y a quien no.
Así que como el poeta impotente ante la rareza de la rosa, poco puedo decir.
Por cierto, todas las técnicas de lectura rápida son tonterías comparada con la que aquí se muestra.