Érase una vez dos chicas que eran amigas, una de ellas tenia una ceja partida.
Vivían de prestado y sin brújula, agarrándose a lo poco que uno conoce.
Un día la mas pequeña se enamoró sin querer y la otra se volcó en un diario.
La historia es pequeña y sencilla y nada sobrenatural pero en realidad habla de dos ángeles atrapados en esas dos chicas Al final, todos buscamos lo mismo: sólo queremos volar un poco y si puede ser, a ratos, en compañía.
El problema para empezar a mejorar una vida es tener una dirección o un modelo concreto, una brújula provisional para encauzar los primeros pasos y luego fuerza interna para mantener los vaivenes. Pero esto que así dicho igual suena fácil para ponerlo en practica es necerio autoconciencia o ayuda. Lo primero es posible pero complicado, lo segundo es aún mas difícil porque cada ángel suele ir a la suya y ni se entera de que sería hasta bueno para el mismo ayudar al ángel de al lado.